La maquina ha vuelto y va muy en serio. Tras una racha irregular antes del parón del coronavirus parece que la ‘Máquina’ ha reencontrado su mejor nivel.
El regreso ante Tigres deja varias cosas claras para el equipo: la suerte vuelve a estar de su lado, y el equipo vuelve a carburar y aparecen las individualidades.
Cruz Azul comenzó el encuentro con ganas y dominando los primeros minutos del encuentro. Sin embargo Nahuel Guzmán no permitiría al conjunto cementero adelantarse en el marcador. Sin embargo sería los Tigres los que inclinarían la balanza a su favor con el primera zarpazo. Luis Quiñones remataba un balón muy cómodo hacia el fondo de las mallas de la Máquina.
Sin embargo los pupilos Dante Siboldi no se vendrían abajo y buscarían continuamente el empate. Sin embargo, los intentos de Rodríguez y de Yoshimar Yotún no se materializarían en el marcador.
Tras aparecer los cambios en el partido, este empezaría a cambiar. Sin embargo el gol del empate de la Máquina no iba a llegar hasta el minuto 92. Una falta decretada por el árbitro del encuentro se convertiría en el gol del empate. El envío de la misma fue peinado por Lichnovsky, y se incrustaría por el poste derecho del argentino. El empate estaba decretado, y sería cuestión de tiempo para que llegara la tanda de penales.
En la tanda hubo de todo: emociones arriba y abajo. Los errores de Milton Caraglio y Adrian Aldrete hacía verse fuera de la final de la Copa GNP por México a Cruz Azul. Quiñones había errado, pero Gignac, Dueñas y Salcedo parecía evitaban un susto mayor. Sin embargo, la confianza otorgada por Gudiño al atajar el disparo del colombiano, además del tiro posterior de Carioca mando un 3-3 a definirse en muerte súbita. Fue entonces donde el error de Pizarro le dejó la mesa puesta al Cata Domínguez para sellar el gol, y el pase del Cruz Azul a la final.
En una final donde hubo de todo. La máquina pasa a la final de la Copa GNP por México y se enfrentará al ganador del América- Chivas.
