Los Oscar de Avellaneda
El clásico de Avellaneda fue pura emoción. Un partido de locos que termino de la forma más ilógica: con una victoria de Racing ¡Con 9 jugadores en la cancha!
Los hinchas de la academia encuadran ya el partido como un partido histórico, digno de una película de Oscar. El actor revelación fue El Chelo Díaz, que convirtió para desatacar la locura en el Cilindro. ‘’Este gol va a quedar para la historia’’, declaró Marcelo, con razón.
El clásico de Avellaneda tuvo todos los ingrediente de para ser una película merecedora de un Oscar. Expulsados, sufrimiento, trama y un final totalmente inesperado.
Los expulsados de Independiente le dieron la incertidumbre al partido, que hacían replantearse seriamente el partido a Racing, que con dos jugadores menos en la cancha tenia que rearmarse para no terminar el partido de mala manera.
El equipo de Beccacece había hecho un buen tiempo, dominando sobre el rojo, pero tras las expulsiones tuvo que buscar un solución al problema de la inferioridad numérica.
Sin embargo, el rojo fue incapaz de aprovechar una situación idílica de 9 contra 11 y no consiguió contra todo pronóstico definir el partido que por el momento se encontraba con empate a 0.
Racing fue un equipo infranqueable, a pesar de estar con menos jugadores, que los dirigidos por Pusineri, no supieron sobrepasar cuando más débiles estaban.
Y en medio de ese drama y angustia para la hinchada de la academia, apareció el héroe protagonista. El Chelo Díasz. Un Chelo Díaz que se hizo cargo de entrar en el área de Independiente y definir en el minutos 86 (con un gol que no debió subir por mano en la jugada previa de Dario Cvitanich) , y que cerró un partido de infarto y de locos.
Grito toda la cancha, incluido Diego Milito que se abrazo a la hinchada, para festejar más que un campeonato. Ganarle el clásico al rojo con 9. Un hito en la historia de los clásicos de avellaneda.
A la película de avellaneda no le faltaron héroes que lo dieron todo por la camiseta. Nery Domínguez con vendaje en la cabeza tras un corte, y el brazo izquierdo lastimado, se inspiró en el Tata Brown en Alemania ´86 y se enfundó el dedo en un agujero de la camiseta para inmovilizar el brazo para terminar de jugar el partido.
En el otro bando, lo nominados a la victoria, que al final no se llevaron ningún premio. El rojo no puso nada para ganar, incluso cuando el partido estaba de cara contra 9 jugadores. Perdió un partido que es más que un partido. Pusineri tomó toda la responsabilidad en una semana que va a ser dura en Avellaneda.