Se suspendió el fútbol argentino y se pararon las apuestas deportivas. El coronavirus o COVID-19 no pará de avanzar y de alterar toda actividad social y económica allí por donde va. Comenzó en Asia, avanzo por Italia y ya tiene colonizada a casi toda Europa, en una situación que no se vive desde las guerras.
Los estragos económicos y sociales, producidos por los aislamientos en casa y el cierre obligados de las empresas han forzado a los distintos países a tomar medidas extraordinarias en todos los sentidos y el fútbol argentino no se escapa.
El fútbol no es ajeno a ello, y a pesar de la resistencia de muchos, también debe verse obligado a cerrar. En Italia pasó lo mismo al principio. Algunos directivos y jugadores se negaban a cerrar un espectáculo que parecía intocable, pero que finalmente sucumbió.
En Europa actualmente esta todo el deporte parado, a igual que en Estados Unidos. Argentina ha comenzado esta semana con un proceso de resistencia que finalmente también terminó por caer por propio peso.
El domingo, el presidente anunciaba desde la Casa Rosada que se suspendían colegios, pero se mantenía el fútbol. Algo así como para mantener a la gente con algo que ver en la tele. Pero los propios futbolistas comenzaron negarse.
River comenzó la revolución en el fútbol argentino
Los jugadores de River, con Gallardo a la cabeza y Ponzio como portavoz, fueron los primeros en bajarse de un barco que ya no tenía muy buen rumbo. Ante el escepticismo que comandaba el país, decidió no jugar el partido el partido de la Copa de la Superliga ante Atlético Tucumán. La decisión tuvo más detractores que defensores, a pesar que algunos ilustres como Maradona apoyaron firmemente la decisión. Sin embargo, a pesar de los rumores de duras sanciones al club Millonario, por no presentarse al partido y cerrar el estadio, parece que vieron la tormenta venir de lejos.
Primero fueron criticados por muchos, pero con el paso de los días y la aparición de cada vez más casos de coronavirus en la Argentina, este lunes se decidió, por fin, poner punto y final al fútbol argentino, siendo una de las ultimas competiciones que quedaban jugando (sin publico eso sí). River apostó primero.
Muchos futbolistas expresaron su disconformidad por la medida adoptada el domingo por el gobierno de mantener el fútbol, pero el lunes, el planteamiento hecho de Sergio Marchi, titular de Futbolistas Argentinos Agremiados, al ministro de Turismo y Deporte, era claro: los futbolistas se plantaban y no querían jugar.
Con este planteamiento, la locura de River ya no parece tanta locura y ahora parece que se habla de menos sanción ante el consenso general de no jugar. De todas forma parece que la decisión de ir por libre no caló bien a mucha gente.
Muchos dirigente y médicos de la AFA argumentaban que jugar a puerta cerrada no presentaba peligro, y que el riesgo era 0%. Sin embargo estas declaraciones y planteamientos quedaron evidenciados con la oleada de deportistas que están apareciendo contagiados. En Europa, el Valencia Cf tiene un 40% de la plantilla contagiada por ejemplo, y sin ir más lejos, ayer se dio a conocer el caso del DT de Flamengo, Jorge Jesús, que dio positivo por el virus.
Los casos no dejan de sucederse y presentan un panorama desconocido en el deporte mundial.
De momento, la suspensión del fútbol argentino es hasta el 31 de marzo, con un parón de 15 días al igual que el resto de competiciones mundiales, pero el panorama real es otro y el virus parece que solo acaba de comenzar a hacer sus efectos.